¡Hola queridos bloggers! El día de hoy vamos a hablar sobre la ciencia y como la ve Dios. ¿Cuál es su verdadera finalidad? ¿Para qué la creó Dios? ¿La estamos usando correctamente?
La ciencia como saben es uno de los 7 dones del Espíritu Santo. La ciencia de Dios es un secreto que ha ocultado Dios a los hombres para así mostrar su rostro a través de sus obras "Porque todo cuanto se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles –su poder eterno y su divinidad– se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa" Rm 1, 20
Y también sabemos que Jesús nos dijo que la ciencia fue hecha por Dios para ser descubierta, es decir fue ocultada al principio pero sólo para que el hombre la fuera descubriendo gradualmente "Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado." Lucas 8, 17 y también: "Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal" Gn 3, 5.
La ciencia pues, en su mayor esencia, fue hecha por Dios en primer lugar para conocerlo a Él, pero también fue creada para el bien del ser humano.
Sin embargo, la ciencia últimamente ha dado un giro radical totalmente sirviendo causas no tan justas.
Desde éstas últimas décadas la ciencia ha provocado unas consecuencias bastante grandes al futuro del planeta y a la humanidad misma, y esto es porque, la ciencia no va a solucionar todos nuestros problemas, y mucho menos los problemas que corresponden enteramente al hombre, a mejorarlo y a su superación, esos problemas que sólo con el amor podrán solucionarse, la ciencia únicamente puede ser una herramienta, pero no la solución entera, pues intentar solucionarlos de una forma fácil y rápida, sólo agrandará el problema CADA VEZ MÁS.
Por lo tanto amigos, escúchenlo bien: "LA SOLUCIÓN A TODOS LOS PROBLEMAS SIEMPRE SERÁ EL AMOR" es por eso que es el único mandamiento que nos manda Dios. Pero también para poder amar de verdad tenemos que conocer a Dios porque conocer a Dios es saber como amar, y su sabiduría a eso nos enseña, si no tenemos su sabiduría sencillamente NO AMAMOS.
Si todos amaran el mundo sería un paraíso terrenal. La corrupción, los asaltos, asesinatos, familias destruidas, el aborto, la pobreza, el rechazo y la discriminación, la obesidad, las infidelidades, la impureza, e incluso hasta podríamos detener algunos males como las enfermedades, los accidentes y los fenómenos naturales, porque Dios ayuda a los que lo aman, y ya que nos negamos a amar, simplemente nos manda castigos para quitar nuestra soberbia, y abrir nuestro corazón al amor. Por lo tanto los castigos, que son una prueba de amor, que nos ayudan en vez de perjudicar, no serían tan necesarios si todos amáramos, porque además de todo nos ayudaríamos mutuamente a superarlos.
La ciencia pues tan sólo nos servirá para atenuar el castigo mientras encontramos la verdadera solución a nuestros problemas, mientras abrimos los ojos, pero algunos nunca lo harán. Así que la ciencia se convierte en una herramienta de misericordia para aquellos que son lentos para entender, pero también en una herramienta de castigo para aquellos que jamás querrán abrirse al amor, a pesar de que saben que ahí está. Y así en su necedad querrán pensar que la ciencia les solucionará todos sus problemas en lugar de amar, y en lugar de buscar a Dios se obstinarán como el faraón de Egipto que confió más en sus propias fuerzas y eso le ocasionó su propia destrucción.
La ciencia como saben es uno de los 7 dones del Espíritu Santo. La ciencia de Dios es un secreto que ha ocultado Dios a los hombres para así mostrar su rostro a través de sus obras "Porque todo cuanto se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles –su poder eterno y su divinidad– se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa" Rm 1, 20
Y también sabemos que Jesús nos dijo que la ciencia fue hecha por Dios para ser descubierta, es decir fue ocultada al principio pero sólo para que el hombre la fuera descubriendo gradualmente "Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado." Lucas 8, 17 y también: "Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal" Gn 3, 5.
La ciencia pues, en su mayor esencia, fue hecha por Dios en primer lugar para conocerlo a Él, pero también fue creada para el bien del ser humano.
Sin embargo, la ciencia últimamente ha dado un giro radical totalmente sirviendo causas no tan justas.
Desde éstas últimas décadas la ciencia ha provocado unas consecuencias bastante grandes al futuro del planeta y a la humanidad misma, y esto es porque, la ciencia no va a solucionar todos nuestros problemas, y mucho menos los problemas que corresponden enteramente al hombre, a mejorarlo y a su superación, esos problemas que sólo con el amor podrán solucionarse, la ciencia únicamente puede ser una herramienta, pero no la solución entera, pues intentar solucionarlos de una forma fácil y rápida, sólo agrandará el problema CADA VEZ MÁS.
Por lo tanto amigos, escúchenlo bien: "LA SOLUCIÓN A TODOS LOS PROBLEMAS SIEMPRE SERÁ EL AMOR" es por eso que es el único mandamiento que nos manda Dios. Pero también para poder amar de verdad tenemos que conocer a Dios porque conocer a Dios es saber como amar, y su sabiduría a eso nos enseña, si no tenemos su sabiduría sencillamente NO AMAMOS.
Si todos amaran el mundo sería un paraíso terrenal. La corrupción, los asaltos, asesinatos, familias destruidas, el aborto, la pobreza, el rechazo y la discriminación, la obesidad, las infidelidades, la impureza, e incluso hasta podríamos detener algunos males como las enfermedades, los accidentes y los fenómenos naturales, porque Dios ayuda a los que lo aman, y ya que nos negamos a amar, simplemente nos manda castigos para quitar nuestra soberbia, y abrir nuestro corazón al amor. Por lo tanto los castigos, que son una prueba de amor, que nos ayudan en vez de perjudicar, no serían tan necesarios si todos amáramos, porque además de todo nos ayudaríamos mutuamente a superarlos.
La ciencia pues tan sólo nos servirá para atenuar el castigo mientras encontramos la verdadera solución a nuestros problemas, mientras abrimos los ojos, pero algunos nunca lo harán. Así que la ciencia se convierte en una herramienta de misericordia para aquellos que son lentos para entender, pero también en una herramienta de castigo para aquellos que jamás querrán abrirse al amor, a pesar de que saben que ahí está. Y así en su necedad querrán pensar que la ciencia les solucionará todos sus problemas en lugar de amar, y en lugar de buscar a Dios se obstinarán como el faraón de Egipto que confió más en sus propias fuerzas y eso le ocasionó su propia destrucción.
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