Hoy estuve reflexionando sobre el tema de la educación, pero vale para toda institución humana como de salud, política, economía, etc...
En todas partes, encontramos 100000 opiniones sobre qué sistema es mejor, y 1000000 argumentos sobre porqué lo es. Filósofos, maestros, políticos, periodistas, sacerdotes, doctores, y muchas personas más discuten sobre si un sistema es mejor, y se supone que cada día adoptamos un sistema nuevo porque lo encontramos actualizado y mejor que los anteriores. Pero ¿quién decide si es mejor? Seguramente que ni entre los poquísimos que deciden esas cuestiones se ponen de acuerdo. Y ni que decir de aquellas veces en los que el autoritarismo o la corrupción logran imponer algún sistema. También muchas veces encontramos esfuerzos conjuntos de la ciencia para lograr que todo el sistema funciones de forma mejor cada vez.
Sin embargo cada día vemos con tristeza que el mundo parece peor que antes, y a pesar que tenemos más tecnología, vivimos más, comemos más y mejor y tenemos más educación, también vemos que la gente está más obsesionada con las cosas, comemos cada día más y más comida basura, y también tenemos una ideología muy destructiva a pesar de los años de educación que se nos dan. La gente es más indiferente ante los demás, y más vacía.
Pero, ¿cuál es el error? Creo que es bastante simple. Porque Dios es un Dios de simplicidad. Cualquier sistema puede funcionar. Hablemos por ejemplo, de la educación, cualquier sistema educativo es bueno, cualquiera puede ser excelente. Ya sea por competencias, o auto aprendizaje, etc... Pero también podemos decir que ninguno es bueno. ¿Qué quiere decir esto?
Hay algo que está fuera del sistema que lo puede hacer bueno o malo, y esto son los VALORES (y creo que los valores católicos son los mejor definidos y estructurados y por tanto los que tienen mayor perfección pues vienen directamente de Dios). Los valores (católicos) son los que definen si un sistema será bueno o simplemente será deficiente. Por lo tanto un sistema que interfiera concualquiera de esos valores será potencialmente malo. "El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos." Mt 5, 19
He ahí la dificultad, en que debemos de cuidar todos y cada uno de ellos según sus prioridades.
Otro valor (llámese verdad, dogma, etc..) católico muy olvidado es que todos somos especiales y tenemos una identidad propia, capacidades, metas, etc.... lo que significa que no debemos hacer un sistema para las "masas" sino para cada persona, es decir, una regla o método que sirva para ciertas personas no lo hará para otras. Por lo que debemos de tratar con cada persona individualmente según nuestras posibilidades. Tal es el caso de una familia en los que los padres les dan exactamente a los hijos, el mismo tipo de ropa, de comida, de atención, les hablan de las mismas cosas, o quieren que trabajen todos en lo mismo. Es decir no respetan su identidad, no buscan suplir sus necesidades individuales y por tanto, eso no dará un buen resultado. Quizás a algunos hijos les parezca bien o sus necesidades sean satisfechas con el comportamiento de los padres, pero quizás otros, para los cuales Dios tiene un plan igual de especial, no pudieron desarrollar esas mismas capacidades y vivieron oprimidos e incomprendidos por los padres, fueron la oveja negra de la familia o eran frecuentemente comparados. Lo mismo vale para aquellos que no son buenos para el sistema escolar en vigencia y sin embargo tienen ellos una misión igual de buena que aquellos que si son buenos para la escuela (Ojo: Dios se vale de los errores para sacar lo bueno, y su plan de salvación se cumplirá a pesar de todos los errores humanos, incluso el plan de cada persona, si esa persona lo acepta también se cumplirá aunque haya 1000 obstáculos).
Otra dificultad de los sistemas, es que no consisten en simplemente poner reglas que creemos justas. Porque la justicia no es tan sencilla. La justicia la debemos buscar en cada situación y valorar si en esa circunstancia debemos seguir una regla o no (a menos que sean las reglas de Dios: los mandamientos). Pero las reglas humanas siempre son susceptibles a ser injustas según la situación, osea que aunque una regla sea justa en la mayoría de las veces, siempre encontraremos circunstancias en las que no lo sean. Por lo que siempre debemos ser jueces de esas reglas, para decidir cuando aplicarlas y cuando no.
Si seguimos un sistema que respete los valores de Dios, simplemente no tendremos problema con cualquiera que este sea, pues siempre hay varios caminos para llegar a Dios, y cada uno de nosotros tiene uno distinto y especial. Busquemos pues encontrar o lograr que los sistemas sigan esos valores, y de esta manera será un mundo mucho mejor.
En todas partes, encontramos 100000 opiniones sobre qué sistema es mejor, y 1000000 argumentos sobre porqué lo es. Filósofos, maestros, políticos, periodistas, sacerdotes, doctores, y muchas personas más discuten sobre si un sistema es mejor, y se supone que cada día adoptamos un sistema nuevo porque lo encontramos actualizado y mejor que los anteriores. Pero ¿quién decide si es mejor? Seguramente que ni entre los poquísimos que deciden esas cuestiones se ponen de acuerdo. Y ni que decir de aquellas veces en los que el autoritarismo o la corrupción logran imponer algún sistema. También muchas veces encontramos esfuerzos conjuntos de la ciencia para lograr que todo el sistema funciones de forma mejor cada vez.
Sin embargo cada día vemos con tristeza que el mundo parece peor que antes, y a pesar que tenemos más tecnología, vivimos más, comemos más y mejor y tenemos más educación, también vemos que la gente está más obsesionada con las cosas, comemos cada día más y más comida basura, y también tenemos una ideología muy destructiva a pesar de los años de educación que se nos dan. La gente es más indiferente ante los demás, y más vacía.
Pero, ¿cuál es el error? Creo que es bastante simple. Porque Dios es un Dios de simplicidad. Cualquier sistema puede funcionar. Hablemos por ejemplo, de la educación, cualquier sistema educativo es bueno, cualquiera puede ser excelente. Ya sea por competencias, o auto aprendizaje, etc... Pero también podemos decir que ninguno es bueno. ¿Qué quiere decir esto?
Hay algo que está fuera del sistema que lo puede hacer bueno o malo, y esto son los VALORES (y creo que los valores católicos son los mejor definidos y estructurados y por tanto los que tienen mayor perfección pues vienen directamente de Dios). Los valores (católicos) son los que definen si un sistema será bueno o simplemente será deficiente. Por lo tanto un sistema que interfiera concualquiera de esos valores será potencialmente malo. "El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos." Mt 5, 19
He ahí la dificultad, en que debemos de cuidar todos y cada uno de ellos según sus prioridades.
Otro valor (llámese verdad, dogma, etc..) católico muy olvidado es que todos somos especiales y tenemos una identidad propia, capacidades, metas, etc.... lo que significa que no debemos hacer un sistema para las "masas" sino para cada persona, es decir, una regla o método que sirva para ciertas personas no lo hará para otras. Por lo que debemos de tratar con cada persona individualmente según nuestras posibilidades. Tal es el caso de una familia en los que los padres les dan exactamente a los hijos, el mismo tipo de ropa, de comida, de atención, les hablan de las mismas cosas, o quieren que trabajen todos en lo mismo. Es decir no respetan su identidad, no buscan suplir sus necesidades individuales y por tanto, eso no dará un buen resultado. Quizás a algunos hijos les parezca bien o sus necesidades sean satisfechas con el comportamiento de los padres, pero quizás otros, para los cuales Dios tiene un plan igual de especial, no pudieron desarrollar esas mismas capacidades y vivieron oprimidos e incomprendidos por los padres, fueron la oveja negra de la familia o eran frecuentemente comparados. Lo mismo vale para aquellos que no son buenos para el sistema escolar en vigencia y sin embargo tienen ellos una misión igual de buena que aquellos que si son buenos para la escuela (Ojo: Dios se vale de los errores para sacar lo bueno, y su plan de salvación se cumplirá a pesar de todos los errores humanos, incluso el plan de cada persona, si esa persona lo acepta también se cumplirá aunque haya 1000 obstáculos).
Otra dificultad de los sistemas, es que no consisten en simplemente poner reglas que creemos justas. Porque la justicia no es tan sencilla. La justicia la debemos buscar en cada situación y valorar si en esa circunstancia debemos seguir una regla o no (a menos que sean las reglas de Dios: los mandamientos). Pero las reglas humanas siempre son susceptibles a ser injustas según la situación, osea que aunque una regla sea justa en la mayoría de las veces, siempre encontraremos circunstancias en las que no lo sean. Por lo que siempre debemos ser jueces de esas reglas, para decidir cuando aplicarlas y cuando no.
Si seguimos un sistema que respete los valores de Dios, simplemente no tendremos problema con cualquiera que este sea, pues siempre hay varios caminos para llegar a Dios, y cada uno de nosotros tiene uno distinto y especial. Busquemos pues encontrar o lograr que los sistemas sigan esos valores, y de esta manera será un mundo mucho mejor.
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