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miércoles, 8 de octubre de 2014

El gran problema de la ciencia

Hoy vivimos en una época en la que se divinifica a la ciencia, pues detrás de esto hay una sensasión de que el hombre mismo es capaz de salvarse solo, de fundar por sí mismo la civilización perfecta, la sociedad perfecta y conseguir la felicidad por sí mismo.

Sin embargo e irónicamente estamos viviendo hoy un mundo con los peores y más graves problemas de la historia de la humanidad que incluso amenazan con destruir el planeta entero.

La ciencia como tal no ocasiona los problemas, la ciencia es una herramienta usada por el hombre, los cuales se sirven de esta para sus malos y destructivos fines y pocas veces para el bien común ¿Y cómo pasa esto?

Un hombre cuyo sentido moral no es muy bueno, o que está transtornado o tiene un trauma, probablemente hará teorías sociales, psicológicas, matemáticas, etc... con escazo sentido moral. Por ejemplo: Si yo soy una persona egoísta trataré de justificar mi egoísmo por medio de teorías en la que el egoísmo es algo bueno en el caso de un psicólogo.

Si yo no creo en Dios y soy biólogo trataré de acumular argumentos que vayan en contra de la Fe y los presentaré como que eso dice la ciencia. Sin embargo todos sabemos que tambien existen argumentos científicos que avalan la existencia de Dios. Pero la ciencia nunca podrá probar o desaprobar la existencia de Dios. Por eso es que es cuestión de Fe.

El gran problema de la ciencia es que no está al servicio del bien común. La mayoría de las veces está al servicio de unos pocos: de los poderosos o de los ricos, y éstos muchas veces con escazo sentido moral, son los que deben decidir sobre el destino de los demás.

La tecnología que hoy en día se saca al mercado la mayoría de las veces no se saca con la intención de beneficiar al hombre, sino que se produce para sacar las mayores ganancias posibles como prioridad y, "si se puede", hacer un bien al hombre con ello. Sin embargo hacer un bien debe ser la prioridad y, como fin secundario pero necesario que sea redituable con la intención de seguir haciendo el bien. Pero casi nadie piensa así.

Hay muchas tecnologías que podrían ser increíblemente útiles y benéficos pero no se apoyan porque no son redituables económicamente. Debemos de aprender a poner al bien común en el centro de todo: de la economía, de la política y no al dinero, el poder, la comodidad.... y sólo entonces podremos hacer un verdadero bien para la humanidad.

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