Mucho se habla del capitalismo, del socialismo y del comunismo. De la propiedad privada o de la privatización. Hasta se habla ya de cobrar los recursos naturales como el agua.
Pero ante todo esto ¿qué posición debemos tomar los católicos?
Es muy sencillo. Jesús nos dijo da a César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Él no nos incitaba a la rebelión pero si a la defensa digna, como cuando dijo al guardia "Si he dicho algo mal, dime donde está lo malo, pero sino ¿porqué me golpeas?". Es decir cuando haya alguna injusticia debemos denunciarla, debemos denunciar el mal, sea lo que sea, pase lo que pase, aunque podemos hacerlo de formas mas prudentes que otras para velar por nuestra propia seguridad en ocasiones. Y siempre de formas pacíficas, puesto que la violencia sólo es lícita cuando se han agotado todos los demás medios, y cuando la amenaza es real y constante.
Pero regresando al tema, ¿cuál es el sistema económico correcto? Ahora no puedo tener la respuesta, pero si tengo algunas ideas, debe ser uno que imite la justicia y la misericordia de Dios. ¿El capitalismo?¿El socialismo? Cualquier sistema podría funcionar si ante todo hubiera AMOR. Porque el amor actúa con justicia. Si alguna regla nos obliga a actuar en contra de la justicia y el amor no debemos seguirla, así las reglas están hechas para el hombre y no el hombre para las reglas. Para eso están los jueces, ellos deberían juzgar si alguien omitió una regla por hacer algo mejor o porque esa regla en esa circunstancia hubiera sido injusta y no sólo juzgar el no cumplimiento de ellas.
De esta forma las reglas sólo serán como una guía, y sea cual sea es sistema que sigamos, siempre obraremos conforme a la regla PERFECTA: el amor. Así no nos equivocaremos.
Y lo mismo sucede a la inversa: si seguimos cualquier sistema, pero dejamos de lado el amor (el que Dios nos propone, es el único amor verdadero) ningún sistema tendrá éxito y por lo tanto fracasará.
Y es lo que ha pasado una y otra vez en las historia, Babilonia, el Imperio Romano, los mongoles, los hunos, los persas, Egipto, los aztecas, etc...
En la biblia se denuncia continuamente las injusticias de aquellos que eran los poderosos, y se avisaba que había uno más poderoso que ellos que los iba a derrumbar. Veamos que en este mundo también existen muchas injusticias entre los poderosos, pero también entre los pobres. Sin embargo Dios tendrá más misericordia de estos últimos pues ellos no tuvieron la oportunidad de elegir.
Recuerden que Dios da en abundancia a algunos para que estos den a los que tienen poco. Y así se cumple la escritura: "Aquellos que recogieron de más no les sobró y a aquellos que recogieron poco no les faltó".
Por lo tanto el que vive en el capitalismo o en el socialismo, o en cualquier sistema económico o social pero ante todo en el amor, ya está viviendo el sistema correcto. Por eso Jesús dijo "dar a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" porque estaba diciendo, "No es malo ni bueno si pagan los impuestos, si ellos se los piden denlos, pero eso no impide que sigan el sistema del amor, que es el de Dios". Por eso no importa en cual sistema estemos, siempre podremos seguir a Dios. Pero podemos ir perfeccionando las leyes y el mismo sistema para que nos vaya acercando más y más a Dios. Para que las reglas vayan siendo cada vez más y más justas, y ahí se encuentra la grandeza de ser político o de ser filósofo, sociólogo, etc...
También debemos tener en cuenta que ante todo nuestra autoridad es el Papa antes que los presidentes o legisladores. Y también que es sistema social y económico incorrecto sería aquel que nos obstaculizara el camino a Dios.
Por tanto hermanos capitalistas, demos a los pobres lo que no necesitamos, ¡e incluso a veces aquello que necesitamos porque ellos lo necesitan más! Hermanos socialistas, vivan en el amor con los otros, y luchen para que su sociedad progrese evitando medios injustos y que afecten su dignidad de ser humano.
Pero ante todo esto ¿qué posición debemos tomar los católicos?
Es muy sencillo. Jesús nos dijo da a César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Él no nos incitaba a la rebelión pero si a la defensa digna, como cuando dijo al guardia "Si he dicho algo mal, dime donde está lo malo, pero sino ¿porqué me golpeas?". Es decir cuando haya alguna injusticia debemos denunciarla, debemos denunciar el mal, sea lo que sea, pase lo que pase, aunque podemos hacerlo de formas mas prudentes que otras para velar por nuestra propia seguridad en ocasiones. Y siempre de formas pacíficas, puesto que la violencia sólo es lícita cuando se han agotado todos los demás medios, y cuando la amenaza es real y constante.
Pero regresando al tema, ¿cuál es el sistema económico correcto? Ahora no puedo tener la respuesta, pero si tengo algunas ideas, debe ser uno que imite la justicia y la misericordia de Dios. ¿El capitalismo?¿El socialismo? Cualquier sistema podría funcionar si ante todo hubiera AMOR. Porque el amor actúa con justicia. Si alguna regla nos obliga a actuar en contra de la justicia y el amor no debemos seguirla, así las reglas están hechas para el hombre y no el hombre para las reglas. Para eso están los jueces, ellos deberían juzgar si alguien omitió una regla por hacer algo mejor o porque esa regla en esa circunstancia hubiera sido injusta y no sólo juzgar el no cumplimiento de ellas.
De esta forma las reglas sólo serán como una guía, y sea cual sea es sistema que sigamos, siempre obraremos conforme a la regla PERFECTA: el amor. Así no nos equivocaremos.
Y lo mismo sucede a la inversa: si seguimos cualquier sistema, pero dejamos de lado el amor (el que Dios nos propone, es el único amor verdadero) ningún sistema tendrá éxito y por lo tanto fracasará.
Y es lo que ha pasado una y otra vez en las historia, Babilonia, el Imperio Romano, los mongoles, los hunos, los persas, Egipto, los aztecas, etc...
En la biblia se denuncia continuamente las injusticias de aquellos que eran los poderosos, y se avisaba que había uno más poderoso que ellos que los iba a derrumbar. Veamos que en este mundo también existen muchas injusticias entre los poderosos, pero también entre los pobres. Sin embargo Dios tendrá más misericordia de estos últimos pues ellos no tuvieron la oportunidad de elegir.
Recuerden que Dios da en abundancia a algunos para que estos den a los que tienen poco. Y así se cumple la escritura: "Aquellos que recogieron de más no les sobró y a aquellos que recogieron poco no les faltó".
Por lo tanto el que vive en el capitalismo o en el socialismo, o en cualquier sistema económico o social pero ante todo en el amor, ya está viviendo el sistema correcto. Por eso Jesús dijo "dar a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" porque estaba diciendo, "No es malo ni bueno si pagan los impuestos, si ellos se los piden denlos, pero eso no impide que sigan el sistema del amor, que es el de Dios". Por eso no importa en cual sistema estemos, siempre podremos seguir a Dios. Pero podemos ir perfeccionando las leyes y el mismo sistema para que nos vaya acercando más y más a Dios. Para que las reglas vayan siendo cada vez más y más justas, y ahí se encuentra la grandeza de ser político o de ser filósofo, sociólogo, etc...
También debemos tener en cuenta que ante todo nuestra autoridad es el Papa antes que los presidentes o legisladores. Y también que es sistema social y económico incorrecto sería aquel que nos obstaculizara el camino a Dios.
Por tanto hermanos capitalistas, demos a los pobres lo que no necesitamos, ¡e incluso a veces aquello que necesitamos porque ellos lo necesitan más! Hermanos socialistas, vivan en el amor con los otros, y luchen para que su sociedad progrese evitando medios injustos y que afecten su dignidad de ser humano.
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